Declaración previa de Animal Freedom acerca de la condenable tradición taurina. El uso de los toros para el combate fingido no sólo significa la violación de sus derechos. Es peor: la gente gasta su dinero para asistir a este cobardía. Es comparable con un asesinato sexual, con los espectadores de culpables, siendo ellos el motivo de esta injusticia sádica. Fuente: Jesús Mosterín Catedrático de Filosofía de la Ciencia de la Universitat de Barcelona Publicado en 14/4/2004 en el periódico"La Vanguardia". |
Desde un punto de vista moral, nada es tan deleznable como la tortura, el dolor atroz infligido de un modo intencional e innecesario. El no ser torturado constituye el único derecho humano al que la declaración de la ONU no reconoce excepciones y el derecho animal que más adhesión suscita. El hacer de la tortura pública de pacíficos rumiantes un espectáculo de la crueldad, autorizado y presidido por la autoridad gubernativa, es una anomalía moral con la que hemos de acabar ya. Hay que felicitar al Ayuntamiento de Barcelona por haberse declarado en contra de la continuación de las corridas de toros. |
Hace años que se le había
adelantado Tossa de Mar en esta postura, pero
obviamente el peso específico de Barcelona
es mucho mayor, aunque no lo suficiente como
para prohibir las corridas, que es el l ógico
paso siguiente. La pelota está ahora en
la Generalitat, que es la que tiene las competencias
para acabar de una vez con esta lacra. En 1988 el Parlament de Catalunya aprobó una
pionera pero inconsistente ley de Protección
de los Animales. Si, por un lado, "se prohíbe
el uso de animales en espectáculos,... si
ello puede ocasionarles sufrimiento", por otro "quedan
excluidas de forma expresa de dicha prohibición" las
corridas de toros allí donde sean tradicionales,
es decir, donde haya construidas plazas de toros,
aunque no se autoriza la construcción de
otras nuevas. |
Soy partidario de la máxima
libertad en todas las interacciones voluntarias
(comerciales, lingüísticas, sexuales,
etcétera) entre ciudadanos. Soy contrario
a todo prohibicionismo, excepto en los casos
extremos, como la violación de niños
o la tortura de animales. Pero es que las corridas
de toros son un caso extremo. Por muy liberales
que seamos, si no tenemos completamente embotada
nuestra sensibilidad moral y nuestra capacidad
de compasión, tenemos que exigir el final
de tal salvajada. De hecho, en todos los paí ses
con un mínimo de tradición liberal
están prohibidas desde el siglo XIX. |
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Este artículo es parte de una serie sobre falacias y demagogia. |
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Algunos argumentos en el debate de los derechos de los animales son inválidos. Tanto a favor como en contra de ellos. Algunos de estos argumentos los vamos a discutir aquí. Una forma de razonar más clara y honesta contribuye a mejorar las condidiones de vida de los animales. Si encuentran otros ó nuevos (contra) argumentos pueden mandarnoslos por e-mail. Hay diferentes tipos de argumentos inválidos (sofistería). Falacias son deliberadamente o accidentalmente utilizan en un debate. Así que ser conscientes de los principios y la integridad de un oponente. Haga clic aquí para obtener consejos sobre la influencia del comportamiento hostil de los animales de los demás. |
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